En lo profundo del túnel

Consigna: a partir de otro de los sueños escribir un cuento de tono policial que incluya las siguientes palabras: un perro negro, un cuchillo afilado, un reloj antiguo, un enano, ¡cuidado!, un espejo roto.

En lo profundo del túnel

Cuando era chico en mi colegio había pasado de todo. Situaciones que uno no puede creer que sucedan en una institución escolar con alumnos tan jóvenes, pero supongo que a veces las cosas no son como uno cree. Entre todas esos horribles hechos, uno de los peores fue la desaparición de un estudiante que era apenas un par de años más grande que yo. Desapareció sin rastro, nunca se supo qué pasó exactamente. Después de eso, nada era como antes, había una cierta incomodidad en el aire. Los profesores estaban más tensos, nerviosos, los pasillos más vacíos, se sentían fríos, ajenos. Muchos se habían ido del colegio y estábamos a punto de ser incluso menos, puesto que unos días más tarde desapareció otro alumno. A los pocos días otro. Luego, otro más. Fue así hasta que 7 alumnos desaparecieron.

Un tiempo después, estaba en el patio del colegio jugando con mis amigos, o al menos tratábamos de jugar para no tener que pensar en lo que estaba pasando. Era casi seguro que la escuela iba a cerrar y tendríamos que buscar otra, dejando atrás a los amigos que hicimos en todos esos años. Mientras jugábamos, vi en las afueras del colegio una figura, un hombre que estaba lejos de ser un enano. Era alto, anormalmente alto. Vestía un saco largo, oscuro y del mismo color eran sus pantalones y zapatos. Él era pálido, con una piel de un color tan blanco que parecía hueso; al verlo no pude evitar sentir un ligero escalofrío recorrer mi cuello y espalda, era como mi cuerpo diciéndome "¡cuidado!". De su bolsillo sacó lo que parecía un reloj antiguo de un color dorado gastado, era de esos que se usaban en la antigüedad que incluían una cadena. Lo miró atentamente y luego se fijó mí, pero se esfumó antes de que pudiera decirle a mis amigos que estaba ahí.

Confundido por la súbita desaparición del hombre, decidí ignorarlo y volver a jugar, pero no pude evitar notar algo en la pared del colegio. Me acerqué para investigar y había un agujero que parecía hecho a mano y se adentraba al edificio. Era muy extraño, ya que el agujero se dirigía a donde estaba el subsuelo del colegio, pero el interior del túnel parecía que estaba bajo tierra, era puramente tierra y polvo. 

De repente, escuché una voz. Y después otra. Y otra más. Era una mezcla de voces, todas similares a la de los chicos desaparecidos. Decidí entrar al túnel para encontrar a los chicos y traerlos otra vez a su casa. Empecé a gatear y a meterme en la oscuridad del túnel. El frío era cada vez más intenso al igual que las palpitaciones de mi corazón y el túnel no parecía terminar. De pronto, sentí una respiración. Una respiración profunda que me hizo frenar involuntariamente. Fue tan fuerte que mi cuerpo sintió un temblor. Y venía de enfrente mío. De la oscuridad apareció una figura monstruosa, distorsionada, cubierta en algunas zonas con un pelaje largo y negro. Era como un perro negro pero estaba viendo al reflejo que se ve en un espejo roto, resquebrajado. Tenía extremidades desproporcionales con el resto de su cuerpo. Dedos tan grandes que parecían un cuchillo afilado cada uno, dientes como los de un tiburón y un color de piel blanco como el de un fantasma.

Instantáneamente, me di vuelta y me moví lo más rápido que pude a la salida, tratando de no frenar ni siquiera por una milésima de segundo. El camino se sentía más largo que antes, pero en el momento en el que ya estaba perdiendo esperanza vi la luz del exterior y sentí a mi cuerpo recobrar un poco de esperanza. Finalmente logré salir y al tomar una bocanada de aire fresco me desplomé contra el piso, aliviado de haber llegado. Cuando me levanté, ninguno de mis amigos pareció notar lo que ocurrió y el túnel había desaparecido, devolviendo la pared a su estado original.

Desde ese día no hubo más desapariciones, varios meses más tarde todo volvió a una cierta normalidad, aunque no completamente a como era antes. Nunca se encontraron a aquellos que desaparecieron, pero yo siempre tuve la duda de qué podía haber más allá de la criatura, en lo profundo del túnel. Quizás yo hubiese sido otro de los que ya no están más o, si la suerte me acompañaba, hubiese podido entender qué ocurrió exactamente. 

Comentarios

  1. Pude imaginarme perfectamente el aura de tensión cuando el protagonista entró en el túnel. En mi cabeza, el monstruo era un SlenderMan fusionado con Wolverine, sin duda, da miedo.

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